Diciembre 2012:
Siempre que termino de leer algo parecido a este
libro, me pregunto cómo pueden tener algunos autores la habilidad
para destrozar una buena idea.
Protagonista urbana, dando referencias (“extremo
duro”, “vetusta morla”, “el lado oscuro del corazón”) para
que distintos grupos sociales puedan identificarse, hablando como
ellos (“juerr”, “mal rollo”), mezcla de sus sueños, deseos,
miedos y la vida real, cotidiana, previsible.
Me pregunto: ¿a quién podría interesarle leer
(mal escrito) la parte más patética y vergonzosa de nuestras
existencias. Sí, la literatura como resistencia y para buscar
referentes. Pero es que este libro es como -y cito al rapero TOTE-
“el sexo como gimnasia, que te vacía cuando te sacia”. Se lee
solo, es literatura de playa para observadores morbosos que leen el
diario de sus hijas.
El final, no se me ocurre uno peor, requetehecho,
truquitos poéticos del tres al cuarto repetidos en la historia de la
literatura más rancia.
En fin, si uno de nuestros amigos que
consideremos culto, lector y con buen gusto, nos pregunta que si se
lo recomendamos: rotundamente NO (o le perderemos; y a su
confianza).
Amigos libreros: si llega una clienta (porque por desgracia suelen ser
mujeres) de esas clientas que quieren leer algo para pasar el rato al
estilo de Marian Keyes o lo peor de David Safier, pues este es su
libro.
Si han tenido una ruptura sentimental, les
gustará no sentirse solas; si no la han tenido, les gustará ser
mejor que la protagonista. Y si han pasado por los dos lados, les
gustará recordar y olvidar.
Haced lo que podáis por venderlo antes de que la
gente lo empiece a leer y se sepa la basurilla que es. Y para el
próximo año, podemos retirarlo de catálogo :)
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