El
sentido original de “verdad” es lo no ocultado, lo des-cubierto: “cosas
negadas, cosas nunca dichas, cosas veladas y disimuladas” (p.347).
Si
este libro lo hubiera escrito un desconocido, le habrían nominado al nobel,
pues sería definido algo así como “una magnífica obra posmoderna que desgrana
la realidad desde la ingenuidad de una mirada anónima creando imágenes y
sabores que permanecerán en la retina y el paladar”. Sin embargo, como lo ha
escrito la autora de Harry Potter, lo mejor que se han dignado a publicar es:
“no es una obra maestra, pero no está mal”. Una de cada 10.000 serán obras
maestras, pero posiblemente no serán leídas. La crítica está siendo tan
hipócrita como los personajes de la obra. Quizás alguno se ha visto demasiado
identificado con lo patético y bizarro.
Una
historia de fracasos y heridas sangrantes, desde una mirada aparentemente
dulzona y azucarada. No te hará reir a carcajadas, no te hará llorar a lagrimones,
sencillamente te devolverá el reflejo con la mueca sardónica de una escultura
funeraria.
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